Laia Falcón en La ciudad de las Mentiras (P.F.)

Música: Elena Mendoza. Libreto y colaboración musical: Matthias Rebstock. Basado en cuatro cuentos de Juan Carlos Onetti. Dirección musical: Titus Engel. Dirección de escena: Matthias Rebstock. Reparto: Sopranos: Laia Falcón, Katia Guedes, tenor: Michael Pflumm, barítono: Guillermo Anzorena; intrumentistas actores: Anna Spina, Anne Landa, Tobias Dutschke; actores: David Luque, Graham Valentiney; instrumentistas actores: Íñigo Giner Miranda, Miguel Pérez Iniesta, Martin Posegga, Matthias Jann, Wojciech Garbowski y Erik Borgir. Estreno 20 de enero. Teatro Real de Madrid.
"El hilo conductor de la historia es el relato interpretado por Laia Falcón que lleva por título 'Un sueño realizado', en el que una mujer sin nombre visita a un director de escena arruinado, al que encarga poner en escena un sueño que ha tenido, en el que mientras soñaba era feliz por lo que quiere verlo todo nuevamente." Europa Press 

Que se canten tramos o arias completas en los bares y salones podría ser una buena psicosociología de taxista para evaluar el impacto de una ópera en la ciudad.







 Podría servir esa prueba, ese test, para medir la rentabilidad de lo invertido y su relación con los posibles cambios producidos en el ocio y el negocio de la gente. ¿A dónde van a parar los tiempos, esfuerzos, emociones, ideas, posibles infartos y agresiones, sudor y lágrimas, bolsillos propios y colectivos, vidas …?, ¿qué transforman?, ¿en qué se transforman?
Onetti hizo su trabajo de cuentista y está bien reconocido, se le lee y se le premia, y aunque siempre se oirá a alguno que diga que le gustó más el papel que la película, (el humorista dijo que coincidiendo con cabras, cabritas y, a veces, cabrones), esta teatralización, cumple muy bien: intriga, es inteligente, es efectiva, sorprende y entretiene y quizá como homenaje al destape vivido en Madrid, (el del siglo y su Mortier pasados), hasta tiene su aquel "desnudo integral", el que como reclamo así destacaban en las carteleras, y algo de provocación, de su escandalosa provocación. Innovación, provocación. Son noventa minutos bien invertidos, quizá con rentabilidad de la de a largo plazo.

En la ópera “La Ciudad de las Mentiras” la atmósfera sensorial y actoral, la distribución sonora y sus esencias musicales —humor incluído— me parecen más que sostenibles, son difíciles, brillantes, osadas, nada redundantes,  precisas, elegantes, rápidas ... "Peter Grimes", sorprendente en su estreno, está ahora en los repertorios de los teatros y en los mentideros de la villa, y en ellos —no en todos, ¡claro!— ya se sabe bien quién es Britten. Son ambas de esas obras que están recién hechas y ya parecen de larga vida. El realismo mágico  de Onetti, existencialista y amargo, como el de después de la gran guerra, se siente,  está presente. La humanidad siempre está viviendo después de una gran guerra, en ella, o en sus prolegómenos. Se puede mirar para otra parte, levantarse airado, suicidarse o entrenarse en el como sí del teatro y la cultura en general. Para verlas venir.
El asunto ahora, me parece, madrileños de este siglo que vais al Teatro Real, no es sorprenderse de lo veloz que se va en automóvil, —¡oh!, ¡oh!, ¡oh!— por la cuesta de las perdices, o de ya afirmar que existe la circulación de la sangre o de exclamar sublevados que a dónde vamos a parar:  como en todas las ciudades que aún pueden permitírselo, en el acto de ir a la ópera se trata de cómo organizarse para su uso y disfrute: 
tal vez convenga, como con las ofertas de fondos, inversiones y pensiones,  leer las letras, tantear con cuidado.  La pintura, la escultura, la arquitectura, la física teórica, la música, o la cosmología ... avanzan permitiéndonos sentir y percibir el mundo de otro modo pero piden un vistazo al manual de uso. Dejar las dos dimensiones de la pantalla, aunque sea un rato, por la multidimensionalidad algo menos superficial, pide cierto acostumbramiento, algo de entrenamiento, como cuando se empezó a amar la tónica. Tras esta obra jugar al dominó o cacharrear en la barra tendrá cadencia propia. Futuras sonrisas. Es como realizar un sueño. Leer un cuento. Representárselo. ¡Larga vida! 

RESUMEN DE CRÍTICAS BECKMESSER HACE UNA SELECCIÓN DE GLOSAS A LA CIUDAD DE LAS MENTIRAS: TOMÁS MARCO, compositor, académico ARTURO REVERTER, crítico-faro, radio y prensa, EL PAíS con Jorge Fernández Guerra, ABC con Alberto González Lapuente ¡Larga vida a La Ciudad de las Mentiras! 

VIDEO AMÉRICA





































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